Hay anunciada huelga el 8 de Junio para todos los trabajadores de la administración pública por los recortes salariales. Yo no me he sumado a ella.
Dentro de mí hay un malestar por no ir, pero pienso que, si hay que ajustarse el cinturón lo hago. Siempre ha pasado lo mismo: el trabajador tiene que pagar lo que otros han robado al pueblo.
Hay personas en mi profesión que no se han movido por reivindicar una mejora en la enseñanza, una calidad en el bien más preciado que es el futuro de nuestros alumnos y alumnas.
Aquí en Cataluña los hacen pasar seis horas del día con trabajos para que rindan más. La familia se limita a recoger a sus hijos en un estado de cansancio que, a veces, se traduce en agresividad.
Hoy por ejemplo, trabajábamos con 30º a la sombra.
¿Dónde está el sentido común?¿Qué pretenden los políticos con estas actuaciones?
La escuela no es una guardería.
Yo como maestra y madre, he visto mi profesión y dedicación enfocada a la sensibilidad de los pequeños. Mi delito ha sido: reivindicar las horas de descanso para ellos y poder estar un ratito en familia, compartiendo anécdotas del día y la palabra enternecedora de un padre o una madre contándoles un cuento, hasta que los párpados se cierran y una sonrisa aparece después de un día pleno de actividad.
Si un banco tiene problemas, el Estado, nosotros, aportamos una cantidad para subsanar sus pérdidas. Pero si este tiene beneficios ¿reparte entre nosotros sus ganancias?
Hay algo que no funciona. Pero, por favor, que no jueguen con las familias y con el futuro que son nuestros hijos e hijas.
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