30/10/08

HACIENDO MEMORIA

Hace unos meses cayó en mis manos un libro de Cornellá: “Los esclavos del franquismo” de Fernando Mediola y Edurne Beaumont. En él había un listado de personas que estuvieron en un campo de concentración en Navarra. Cual fue mi sorpresa que entre ellas aparecía el nombre de mi tío Juan, hermano de mi madre y de mi tio Manolo (Un hombre sencillo). Transporto mi memoria hasta los límites para poder recordarlo: un hombre alto, calvo (perdió su pelo rubio en el frente) y con ojos azules. Vivía con nosotros y estaba deseoso de que el patronato municipal de la vivienda de Barcelona nos concediese el piso tan esperado. Pero no sobrevivió a ello. La metralla que tenía alojada en su cabeza le hizo morir unos meses antes. Solo recuerdo su ternura cuando me hablaba y los pucheros que comía para cenar que eran inmensos, siguiendo la costumbre de un hombre de campo. Mi padre y él eran grandes amigos y juntos solían hacer tertulias.
Él, campesino en Guadix, fue llamado a luchar con su quinta por el gobierno de la República. En el frente fue herido en Málaga. Regresó a casa y después, en la época nacional fue llamado a hacer tres años de mili. De allí lo llevaron a un campo de concentración en Navarra, su ideología política era: ser un hombre bueno. Después, volvió a casa, con su ganado y su campo, llevando siempre el silencio de lo pasado y una esperanza de vida que repartía entre los que lo conocían.
Emigró con nosotros a Barcelona y aquí estuvo hasta que murió en esta ciudad. Hoy reposan sus restos en el cementerio de Montjuic, junto a los de mi hermano y mi padre, donde el sol cada día asoma en el mar y la brisa acaricia todo el lugar.
Él era un hombre solitario y atractivo, pero nunca se casó. Tuvo una novia que mataron en la guerra y ella fue la única mujer que se le conoció hasta su muerte.
Se habla mucho de memoria histórica en estos días, pero para mi es lo que he vivido, lo que me han contado y lo que deseo saber de otras personas que tal vez no aparezcan nunca en los libros. Si yo olvido, si los demás olvidan, es como si esas personas no hubieran existido nunca.
Como dice Tagore “el recuerdo es una forma de encuentro”.

6 comentarios:

JESUS y ENCARNA dijo...

Buenas noches Azagra.
Cuanta razon, en esa palabras de Tagore, es mas .. Borrar el recuerdo es borrar la historia y con ello las vidas de quienes la han hecho.
Saludos cordiales.
Jesus

azagra dijo...

cuando vea tu comentario la Encarna-la mia-se pondrá contenta,ahora la tengo durmiendo,que ha venido cansada la pobre del cole
(tenemos que cuidar a nuestras respectivas encarnas!)
Yo con tagore tenia problemas para pronunciar su nombre,tan raro el,rabingaran tagore!
venga,salud que haya

Cybernapya dijo...

Por eso es necesario recordar, querida Encarna...
Un beso,
Gabriel

REVUELTA dijo...

Jesus y encarna, gracias por vuestras palabras. Seguiré buscando entre el olvido.
Un beso

REVUELTA dijo...

Carlos, tienes problemas en pronunciar el nombre completo de Tagore, pero lo escrito por él lo sabes muy bien, y eso es lo importante.
Bezitoz

REVUELTA dijo...

Cybernapya, recordar y seguir adelante, eh?
Un beso