10/3/08

MIS DOTES PICTÓRICAS

Como veis, hice mis pinitos pintando al óleo. Un día me entusiasmé y decidí pintar en casa. Como no tenía grandes espacios monté el estudio en el comedor. Me animaban a que pudiera recrear “mis dotes artísticas”: ¡qué olor más fuerte a aguarrás, ventila esto un poco, no se puede ni respirar! Y yo tan contenta me dispuse a poner la figura de un gato plateado y algo de vida. Miré en el frigorífico y allí había un tomate espléndido, rojo, brillante, esperando a que lo cogiera. Así lo hice. Con mi gato y mi tomate hice una buena composición. Durante un rato me entretuve en colocarlos sobre un mantel blanco decorado, estudiando la sombra y la claridad. Un haz de luz entraba por la ventana que daba una tonalidad azulada. Y… ¡manos a la obra! Ubiqué la composición en el lienzo con el carboncillo. Me giré para coger la paleta y, cuando me dispuse a manchar el lienzo, me encontré con que el tomate había desaparecido. Estupefacta vi a mi hija, de corta edad, como se lo llevaba a la boca y lo saboreaba. La composición se descompuso y se quedó el gato huérfano. El tomate era estático, pero mi hija no. Acabé recogiendo las cosas y me fui con mi niña de paseo a ver los cuadros de la vida que son los mejores óleos que se pueden realizar.

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