14/1/12

MI MAESTRA DE BOLILLO

Hubo una vez y un lugar donde quise abrigar un tiempo ya pasado y volverlo a hacer revivir.
Me acerqué un día a su casa. La anciana me recibió con la mejor de sus sonrisas. Yo hice un flashback en el tiempo y recordé cuando , de adolescente, venía con su hija a estudiar y a discutir de cómo arreglar el mundo.
Ahora venía a estar con ella, con la señora Josefa, con mi maestra en el arte de los hilos, a que me enseñara a hacer bolillo.
Estuve pocos días con ella porque la tendinitis me estaba haciendo mella, pero yo aprovechaba todo lo que me decía. Es curioso, pero cada palabra suya era como si el mundo se hiciera más grande. 
Tiempo después, cuando nos veíamos, veía en sus ojos una gran alegría. El último día nos despedimos con una sonrisa. Me quedo con eso.
En el cementerio ella estuvo dando paz entre el silencio y el bullicio de la ciudad, porque ella era y es única.
Cuando marché a casa, me quité los pendientes que ella había tejido con hilos de azabache y plata. Y, por un momento, noté que el brillo de la joya iluminó el espacio.
Estoy segura de que mi maestra de bolillo estará tejiendo un bello bordado a la estrella que nos anuncia el alba.

3 comentarios:

Apolonia dijo...

¡Yo tengo unos pendientes iguales! Me los regalaste tú, ¿te acuerdas?
Me da miedo ponérmelos por la posibilidad de estropearlos, ¡parecen tan delicados!
¡Besos!

REVUELTA dijo...

Apolonia, esos pendientes se los encargué a ella para ti. Tenía unas manos mágicas y sobretodo una forma de ser que todos desearíamos a su edad. Te hubiera encantado conocerla!
Bezitoz

scfinder dijo...

Great piece of jewelry here
Speedycourse