Os voy a contar una historia. Tal vez pasó en realidad, o tal vez no, qué más da. El libro de los sueños hace que todo sea posible.
Era un día otoñal, los primeros fríos asomaban a las calles de la ciudad.
Una chica miraba a través de la ventana a un hombre que recogía cartones al lado de un contenedor. Éste, se sintió observado y, mirando de reojo, dejó lo que estaba haciendo y se escondió detrás de una marquesina de anuncios que había al lado.
La chica dejó de observarlo y se fue a dormir.
Pasaron días y más días y el hombre que recogía cartones no volvió aparecer por allí.
Ella, preocupada, preguntó a los vecinos por aquel hombre y ninguno le supo dar explicación. Así que tomó la decisión de salir a la calle en su busca. Lo descubrió en un rincón leyendo un libro de poemas. Ambos se miraron y no se atrevieron a decir palabra alguna. Ella se sentó a su lado y juntos se pusieron a leer.
La noche, cuajada de estrellas llegó, la chica cerró sus ojos y el sueño más hermoso la embriagó. Cuando los primeros rayos de sol aparecieron, ella se despertó abrigada por un inmenso corazón de cartón.
Detrás de cada persona hay un mundo por descubrir.
2 comentarios:
Sublime, Encarna!!!!!
qué belleza de relato!!!!!
Gracias Fraga, un trozo de cartón puede dar para muchas historias. Una de ellas queda escrita aquí.
Bezitoz
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