EL AMOR ES LIBRE

Para todas aquellas personas que sueñan que un mundo mejor es posible.

Hoy una amiga me ha comentado que ha huido de una relación que, aunque largo tiempo ha intentado salvar, le oprimía la respiración.

He recordado un cuento: Arturo y la tortuga Clementina. Eran una pareja. Arturo la cuidaba, o creía hacerlo, a base de regalos. Le regaló una lavadora, que Clementina se subió en su concha, un frigorífico, un lavavajillas y muchas cosas más del hogar. Clementina caminaba, cada vez más lentamente, con todos esos objetos encima de su caparazón. Hasta que un día tomó una decisión: se deshizo de su caparazón, se sintió libre y se fue a dar la vuelta al mundo.

El amor no se puede disfrazar con frases bonitas ni comprar con regalos de oro. Aparece desnudo con sus miedos y sus deseos, puro ante la adversidad, con sus cosquilleos en la palma de la mano y su ansiedad inconfundible y confusa a la vez, que más da.

Hay una definición de alguien que siempre me hizo que pensar, aunque Joan Linux piense que soy un poco Cumbayá, jejeeee. Es la siguiente:

El amor inmaduro dice: te amo porque te necesito.

El amor maduro siente: te necesito porque te amo.