13/4/08

UN DÍA EN SANT FELIU DE GUIXOLS

Sant Feliu de Guixols es un pueblo de la Costa Brava.
Este fin de semana hemos estado allí. Me gusta visitar estos lugares en invierno y en primavera, fuera de la multitud del verano y de la aglomeración de gente, con olor a aceites solares y rojeces en la piel.
Hemos visto el Museo de Historia del pueblo, nos ha llamado la atención los métodos que utilizaban desde hace siglos para trabajar el corcho. Hemos paseado por todos los rincones y calas, todo adquiría una belleza especial.
Desde la Ermita de Sant Elm las vistas eran impresionantes. Con nuestra cámara fotográfica hemos realizado numerosas fotos que, después, nos decepcionarán porque no plasmaran toda la belleza del paisaje.
Al atardecer, me he acercado al agua para mojarme el orzuelo que tengo en un ojo. Las olas, casi imperceptibles, jugaban a ir y venir hasta bañar la suela de mis botas. El agua, no muy fría, susurraba a mi oído que me acercase a ella y que me bañase en su interior. Y yo, cobarde, me quedé con las ganas de su abrazo.
El domingo por la mañana, me armé de valor, dejé botas y calcetines en la arena y me decidí a jugar con el agua. Al princípio sentí frío, pero después, una grata sensación recorría todo mi cuerpo.

2 comentarios:

Bernal dijo...

Marta y yo lo tenemos más difícil el poder sentir la arena de la playa fuera de etapas veraniegas. Cuando más chungo es encontrar un hueco qué pisar. Eso sí, nunca dejaremos de acudir.
Nos encantan los relatos, Encarna.
Nos vemos por Barna!!

Besos

REVUELTA dijo...

Yo he vivido cerca del mar casi toda la vida y de vez en cuando necesito su brisa. pero lo importante es estar bien donde se está.
Nos vemos seguramente el sábado.
Un beso para los dos.