Estoy recuperando realizar trabajos creativos con el arte de coser.
He descubierto que la máquina singer de mi madre está en perfectas condiciones.
Me contó mi madre que, de joven, compró esta máquina de coser a una anciana que la tenía desde hacía muchos años. Según mis cálculos la máquina podría ser de finales del siglo XIX.

Después aparecieron las sabanitas y almohadas de cuna y la máquina contenta hizo su trabajo con esmero. Mi mano realizó bordados infantiles llenos de color.
Ahora mi madre no está, pero me ha dejado una sonrisa en el recuerdo. Eso me basta para inventar una cadeneta de hilos de colores en un inmenso cielo azul.
¡Soy maravillosa!
5 comentarios:
me encantan las cosas que tienen historia... se ve muy clasica es maquina que bien que la tengan tan bien mantenida. Me encantaria que visitaras mi blog y comentaras a ver que te parece... besoosss
Hay objetos que forman parte de nuestras vidas, y este para mi es uno.
me encanta el blog.
Bezitoz
Mi madre tenía una Singer igual que esa, ahora está en casa de una de mis hermanas.
Me gustan esas máquinas que forman parte de la infancia de la gente.
Besos.
Eusebio, hay máquinas ahora que hacen practicamente de todo. Pero la nuestra, la de tu madre y la mía, tejieron recuerdos que vivirán siempre en nosotros. bezitoz
Encarna Revuelta
Muy bien!
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