31/12/10

DOCE ILUSIONES

-Mamá, estoy cansada de teñirme el pelo, quiero dejármelo con canas o blanco, a lo mejor me gusta.


-No Encarnita, ni se te ocurra. Eso está muy feo. No quiero que te eches años encima.
Esta conversación más de una vez la tenía con mi madre. Es curioso que me lo dijese una mujer que solo iba a la peluquería a cortarse el pelo, pero jamás a teñirse. Tenía un líquido que se ponía de vez en cuando y le hacía emborrachar las canas.
Hoy, momentos antes de que el año 2010 de a su fin, que pido desaparezca lo antes posible, sin ganas de hacerlo, me he decidido a teñirme el pelo en su memoria.
Me he vestido y me he puesto rimel para que ella me vea bien.
¿Por qué me tengo que poner el dichoso rimel en momentos como este? Me aguanto refregarme los ojos, pero sin darme cuenta sé que lo haré. Lágrimas, aguantad hasta que me vaya a dormir.
Doce uvas, pensamientos agridulces por el pasado y el futuro. Doce gajos que entran en el paladar y caen en un estómago sensible. Doce óvalos verde ocre que se hacen miel cuando esperas lo inesperado, lo bello, lo cálido, lo sorprendente, lo importante, el deseo de que muchos de nuestros proyectos puedan hacerse realidad. Los demás… quedan muchos años para realizarlos.
Hoy me comería todos los problemas al sonido de las campanadas, para que mañana despertéis con la mejor sonrisa.

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