Cada tres años en el pueblo navarro de Azagra y con motivo de las fiestas del lugar, se reúnen todos los Azagra del mundo. Resulta curioso que en este pueblo no hay nadie que se apellide Azagra.Este año ha sido el cuarto encuentro y no podíamos faltar. Degustaciones, charangas, encierros de vaquillas y una suculenta comida de pochas han amenizado un día lleno de conversaciones y saludos de personas venidas de diferentes lugares como Vitoria, Tafalla, Zaragoza, Madrid, Huesca, Sevilla, Barcelona, Bilbao, Argentina, Cádiz, entre otras ciudades.
Han faltado personas de otros años como los primos Jose Ramon, Mari Pili y sus familias, a los que hemos echado de menos. Y han venido otros por primera vez, es el caso de mis cuñados Miguel Ángel y Beli y mis primos Jose Mari y Santiago.
He tenido oportunidad de charlar con Roberto Azagra, un hombre encantador, que ha hecho un largo viaje de Buenos Aires hasta aquí.
Como siempre los buenos momentos se hacen cortos y, ahora desde aquí donde escribo me da rabia no haber aprovechado más el tiempo con ellos.
Me queda el buen sabor de boca de la gran acogida del ayuntamiento, de las gentes de Azagra y de la gran familia “Azagra”.
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