


Siempre he encontrado en este barrio vida, ilusión, y ganas por hacer un lugar digno donde las personas sean protagonistas de sus calles y de su entorno. La trayectoria de ese barrio ha sido la de mi vida.
Recuerdo los primeros años, que íbamos tostados por el sol. Después, con el carrito de nuestra primera hija al que pusimos una bocina muy peculiar, íbamos haciendo el loco. Y aparecieron sucesivamente las demás hijas.
Año tras año hay un rinconcito en mi corazón que guarda un lugar para este entrañable barrio.
Prospe y yo somos una estrella en este mundo sin pies ni cabeza.
¡Por muchos años!
No hay comentarios:
Publicar un comentario