25/7/08

ETERNA PRIMAVERA

Ahora, aquí sentada en el estudio, recreo mi mirada en el rosal de rosas rojas del patio. Sus hojas y flores han superado con creces el arco de la escalera y han sobrepasado la baranda de madera del corredor de la primera planta.
Entre las paredes blancas de cal va escalando en busca del silencioso cielo. Su anhelo es llegar a las estrellas y abrazarlas en la noche y, durante el día, llegar a ver el sol y mostrarle todo su color.
Algunas hormigas juegan al escondite entre sus hojas de diferentes tonalidades de verde. Y, si alcanzan alguna rosa, se pierden en el laberinto de sus entrañas.
Cada año, el rosal me mima con sus encantos y me olvido por momentos de las imperfecciones de una casa vieja de principios del siglo XIX.
Hay otro rosal, el delicado, como yo lo llamo. Estaba casi muerto, pensaba que se perdería. Pero cada vez lo veo más bello. Sus rosas, de un grana intenso aterciopelado, desprenden un suave aroma. Ese aroma lo llevo siempre en mi memoria. Cuando me regalan una rosa lejos de este lugar, cierro los ojos y recuerdo el olor de esas rosas color grana del patio y una sensación de bienestar recorre todo mi ser.
Gracias a mi prima Encarnita por hacer que haya vida en el patio. Sin ella, en mis temporadas de ausencia, los rosales agonizarían hasta sumirse en la tristeza. Con ella siempre habrá primavera en esta casa solitaria.

3 comentarios:

Tenblog dijo...

me gusta mucho leerte. Esa ternura al describir...eres...toda abrazable!!!
bueno, eso, que disfruto mucho y...me gustan tus colores!!

REVUELTA dijo...

Tenblog, gracias, sobretodo por ese abrazo. En verdad aprendo de todas las personas a las que os leo.
un beso

Apolonia dijo...

Ese rosal.... tengo una foto con él, ... porque no podía dejar pasar la oportunidad de verme embellecida por algo tan especial. Y aunque creas que estoy loca, le hablé...

Un besazo.